jueves, 20 de septiembre de 2007

Con cierta elegancia

Cierta elegancia
en la boca, cierto desacuerdo,
conviene –corresponde bien–
al modelo que predomina
y triunfa. En la ciudad abigarrada.
En los festines –sexuados–
de sus bares y casonas, conviene:
cierta elegancia en la boca,
cierto desacuerdo.

En las playitas privadas,
en los puentes de una sola dirección,
en las antiguas plazas –solitarias–
que frondosamente te reciben,
conviene mostrar: cierta elegancia
en la boca, cierto desacuerdo.
En la piel seductora de sus hijas, conviene.
No olvides ese dato.

Te recibe amena. Abre
para ti sus galerías. Se entrega
sin reservas –un cuerpo
arreglado para la especulación.
Pero exige. Se entrega y exige,
un resguardo seguro: cierta elegancia
en la boca, cierto desacuerdo.

Conviene: un poco
de travestismo. En la lógica
virtual de los internautas, conviene.
En las rápidas avenidas luminosas,
conviene: bajar velocidades. En
la extensa tradición comentada
por los libros –que vuelven a ser época–
conviene: cierta elegancia en la boca,
cierto desacuerdo.

No olvides ese dato.
Corresponde bien al modelo
que predomina y triunfa.


ALBEM FUENTES

2 comentarios:

Chantal Plata dijo...

En la madrugada haré tiempo para escribirte.
Buen bautizo del blog. Lo he leido muchas veces y cada vez encuentro algo diferente.
Eso, te escribiré.
Un beso.

Alberto Edel Morales Fuentes dijo...

saber que lees anima a escribir